MATERIALES PARA LA UNIDAD II

ACTIVIDAD PRÁCTICA N° 3


“EL DESARROLLO HUMANO”
ESTUDIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES, 3º AÑO de Bachillerato Ref. 2006
Profesor: Horacio Machín


Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “el IDH mide el logro medio de un país en cuanto a tres dimensiones básicas del desarrollo humano: una vida larga y saludable, los conocimientos y un nivel decente de vida”.

El desarrollo humano, se puede definir como “el proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todos ellos”.

El PNUD sostiene que “El desarrollo humano abarca mucho más que la variable económica: significa un estado en el que las personas puedan vivir en forma productiva y creadora de acuerdo con sus necesidades e intereses. Para el PNUD, los pueblos son la verdadera riqueza de las naciones y por ende, el desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellos tienen para vivir de acuerdo con sus valores. Por eso el desarrollo significa mucho más que el crecimiento o disminución del ingreso nacional per cápita, el cual constituye solamente un medio —muy importante pero un medio al fin— para ampliar las opciones de la población.
Un elemento fundamental para la ampliación de esas opciones es el desarrollo de la capacidad humana, comprendida como el arco de las múltiples actividades y condiciones que una persona puede llevar a cabo o en las que puede vivir. Las capacidades esenciales son una vida extensa y sana, la educación y el conocimiento, el acceso a los recursos para una vida digna y la potestad de participar en la vida comunitaria.
Esta manera de percibir el desarrollo contrasta con la preocupación inmediata por la acumulación de riqueza y se engloba en el concepto superior de los derechos humanos”.

TEXTOS SOBRE EL SUBDESARROLLO

“Una sociedad tradicional inicia su modernización con un periodo de transición, el cual se crean las condiciones previas para el impulso inicial, en respuesta, generalmente, a la intrusión de una potencia extranjera, coincidiendo con ciertas fuerzas nacionales que contribuyen a la modernización; el propio impulso inicial; la marcha hacia la madurez que, por lo general, abarca aproximadamente la vida de dos generaciones más; y luego, por último, si el aumento del ingreso ha logrado igualar la difusión de la maestría técnica (lo que no es necesario de inmediato), la desviación de la economía en plena madurez hacia el abastecimiento de bienes y servicios duraderos de consumo (así como el Estado Benefactor) para su creciente población urbana y, posteriormente, a la suburbana.”
ROSTOW, Walt. Las etapas del crecimiento económico, un manifiesto no comunista. Fondo de Cultura Económica. México. 1974, Pág. 25

“El desarrollo es el avance de las fuerzas productivas hacia la plena satisfacción de las necesidades materiales, sociales y espirituales del hombre sobre la base de la elevación de la productividad de la fuerza de trabajo, aunque en este avance se presentan esporádicos retrocesos, que no contradicen el movimiento dialéctico del hombre y la sociedad de lo inferior a los superior. En las sociedades divididas en clases antagónicas este avance genera contradicciones antagónicas que se resuelven por el paso revolucionario a la etapa social superior, hasta llegar a una sociedad de clases no antagónicas en donde las contradicciones son no antagónicas, esto es, se resuelven por medio de la cooperación, facilitándose el ascenso del hombre hacia el pleno humanismo, mediante la paz y la democracia.”
SILVA COLMENARES, Julio. Tras la máscara del subdesarrollo: dependencia y monopolios. Carlos Valencia Editores. Bogotá, 1983. Pág. 80.

“El añorado desarrollo nacional autónomo no fue, en efecto, más que una quimera. La economía latinoamericana no logró desarrollar un mecanismo autónomo de acumulación, puesto que ésta siguió dependiendo en última instancia de la dinámica del sector primario exportador y de sus avatares en el mercado internacional.”
CUEVA, Agustín. El desarrollo del capitalismo en América Latina.
México 1983. Siglo XXI. Pág.193.

“La dependencia es una situación donde la economía de cierto grupo de países está condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía, a la cual se somete aquélla. La relación de interdependencia establecida por dos o más economías, y por éstas y el comercio mundial, adopta la forma de dependencia cuando algunos países (los dominantes) pueden expandirse y autoimpulsarse, en tanto que otros (los dependientes) sólo pueden hacerlo como reflejo de esa expansión, que puede influir positiva y/o negativamente en su desarrollo inmediato. De cualquier manera la situación básica de dependencia lleva a los países dependientes a una situación global que los mantiene atrasados y bajo la explotación de los países dominantes.”
DOS SANTOS, Theotonio. Dependencia y cambio social.
Amorrout. Buenos Aires, 1974. Pág. 42.

PARA CONOCER UN POCO MÁS

OSORIO Jaime. 2002. Sobre las recetas para salir del subdesarrollo. http://redalyc.uaemex.mx/pdf/267/26701705.pdf
SUNKEL Osvaldo. 2008. La precaria sostenibilidad de la democracia en Latinoamérica http://www.cendes-ucv.edu.ve/pdfs/revista68/cap1.pdf
CRISTOBAL Kay. 1991. Teorías latinoamericanas del desarrollo


ACTIVIDAD PRÁCTICA N°4
(De carácter individual)
 
“LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS MULTILATERALES DE CRÉDITOS”
ESTUDIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES, 3º AÑO de Bachillerato Ref. 2006
Profesor: Horacio Machín

PROPUESTA
1) Leer con mucha atención el siguiente material: FMI, Banco Mundial y BID. Impactos sobre la vida de las poblaciones. Autora: Magnolia Said. Fortaleza, 2005. pp. 17-31.

2) ¿Qué papel cumplen las Instituciones Financieras Multilaterales?

3) Comparte la idea que el FMI tenga todas esas atribuciones, con respecto a las políticas económicas que elabora. Fundamente su respuesta.

4) ¿Cuáles son los cometidos del Banco Mundial (BM)  y el Banco Iberoamericano de Desarrollo (BID)?

 5) Cite como mínimo 3 ejemplos donde el FMI, BM y el BID intervienen en políticas uruguayas, en la región, y/o en el mundo.

Luego presente brevemente la situación previa a cada intervención, y de forma breve, explique como dichas instituciones brindan ayuda económica y/o técnica, a los distintos países.


"FMI, Banco Mundial y BID. Impactos sobre la vida de las poblaciones".
Autora: Magnolia Said. Fortaleza, 2005. pp. 17-31

Traducción con fines didácticos realizada por Dra. Ana Domínguez.
Docente del Curso: Estructura Geográfica del Mundo Contemporáneo.
Profesorado de Geografía. Instituto de Profesores Artigas.



¿Que son las Instituciones Financieras Multilaterales?



El comando del actual modelo de desarrollo está a cargo de las grandes corporaciones multilaterales: el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OMC.
Las Instituciones Financieras Multilaterales son organismos internacionales formadas por gobiernos de un cierto número de países (que participan a través de cuotas) para atender los objetivos económicos y contribuir en la promoción del desarrollo.

Fondo Monetario Internacional
Poco antes de finalizar la II Guerra Mundial, se realizó en julio de 1944, una Conferencia Financiera y Monetaria organizada por la ONU, en la ciudad estadounidense de Bretton Woods, con representación de 44 países, presidida por el Secretario del Tesoro Americano. Esta Conferencia fue convocada para intentar un esfuerzo de cooperación entre las naciones, con la definición de un sistema monetario internacional y la constitución de un organismo para monitorear ese sistema. Terminada la guerra, los países ricos, querían garantizar la seguridad de los pagos resultantes de las relaciones financieras y comerciales entre las naciones, estableciendo reglas para la liquidación de los contratos asumidos por los países tomadores de préstamos. En esta Conferencia fueron firmados dos acuerdos y surgieron dos instituciones:

1. La efectivización del dólar norteamericano como moneda básica de referencia para las transacciones económicas internacionales y, en contrapartida, la garantía de que ella pudiese ser convertida en oro;
2. Ningún país podría desvalorizar su moneda unilateralmente, sino como resultado de acuerdos comunes.

La institución que se creó para regular el cumplimiento de esos compromisos fue el FMI y la segunda gran institución que se creó fue el BIRD – Banco Interamericano para la Reconstrucción del Desarrollo- que vendría a ser el principal componente del Grupo Banco Mundial.
La función del FMI era socorrer a los países en crisis financiera, realizando préstamos de emergencia o ayudarlos a mantener su equilibrio financiero, para que tuviesen condiciones de buscar fondos para su reconstrucción, una vez que ciertamente estarían desvastados y endeudados después de la II Guerra Mundial.

¿Quien toma las decisiones en el FMI?

El alto escalón del equipo económico de cada país (el Ministro de Hacienda o el Presidente del Banco Central) Los encuentros de ese grupo son anuales. Ellos trasmiten sus decisiones a los representantes de sus países en el Fondo, que formaron el Consejo Ejecutivo constituido por 24 directores, responsable por la supervisión de la implementación de las políticas.
El FMI condiciona sus préstamos y efectivización de las políticas de ajuste estructural en el país deudor que, de un modo general, sujeta a los países a las siguientes reglas:
  • Disminución de los gastos públicos;
  • Reducción de la autonomía del país en lo que refiere a las políticas de desarrollo económico y social, o sea, disminuye la responsabilidad del Estado en relación a las políticas públicas universalizantes ya que son incentivadas las privatizaciones, la liberalización de los precios y la desregulación de las relaciones de trabajo;
  • Mayor apoyo al sector privado;
  • Y una subordinación de las políticas públicas a los inversores
    internacionales.
Estas reglas han provocado el agravamiento de la miseria y de la injusticia social en esos países.

¿Cuáles son las medidas de ajuste estructural?

Desregulación de los mercados. Los países dejarían de establecer normas para regular las transacciones económicas;
Apertura comercial y financiera. Deberían ser eliminadas las barreras (protecciones) que impedirían la entrada en el país, de productos y del capital de otros países;
Participación del sector público de servicios. Sectores estratégicos del país como: energía, comunicaciones, agua, educación, deberían ser entregadas a las empresas privadas en general, con capital extranjero.
Reforma del Estado. El Estado debería reestructurarse para disminuir el gasto público, para que el país pudiera pagar su deuda externa.
Flexibilización del mercado de trabajo. La legislación laboral sería modificada a través del estímulo del contrato temporal con pocas garantías, del fin de la estabilidad en el empleo y de la tercerización para la ejecución de los servicios; el Estado debería disminuir su intervención en los sindicatos.
Estabilización de la moneda. La lucha contra la inflación para atraer inversiones, pasaría a ser prioritaria.

Origen del Ajuste

Los préstamos realizados por el FMI a los países necesitados fueron generando una deuda externa, que ellos no consiguen pagar. Al final de 1989, el FMI se reúne con los Bancos en Washington, para una evaluación de los efectos de esos ajustes económicos y resuelven celebrar un acuerdo, a partir de un Consenso entre ellos, sobre que políticas de ajuste estructural pasarían a ser condicionalidades para todos los préstamos en América Latina. Es ese el Consenso de Washington. La justificación era que esas políticas serían la condición necesaria para promover el desarrollo de los países.
Después de más de 60 años, se ve que esas instituciones contribuyeron mucho más a agravar la situación de pobreza en el mundo y aumentar la degradación ambiental. El mejor ejemplo son los países africanos, donde, hace más de 20 años, el Ajuste Estructural determina la política interna de esos países. La misma cosa puede ser dicha para los países andinos.
El Ajuste Estructural en cuanto meta de largo plazo, pasó por tres generaciones:

La primera se volcó hacia realizar reformas estructurales de las economías menos avanzadas- aquellas concebidas en el primer Consenso de Washington para favorecer el desarrollo económico de esos países. Estaba centrada en dos aspectos fundamentales: reducción de la participación directa del Estado en la actividad económica y desregulación de los mercados internos y la liberalización de los externos. Pero los indicadores económicos y sociales mostraron que la estrategia no logró los resultados, habiendo garantizado apenas el pago de la deuda de los países.

La segunda tuvo inicio en 1980, extendiendo su ámbito de acción hacia políticas sociales focalizantes- concebidas para dar un rostro humano al Consenso original- para alcanzar a los más pobres entre los pobres. Estas eran dirigidas especialmente a familias y grupos sociales en extrema pobreza y los grupos afectados directamente por los efectos nocivos generados a corto plazo
por las políticas de ajuste de primera generación. Centradas en las personas individualmente, las políticas sociales de ajuste estaban desvinculadas de las relaciones que se establecen entre las condicionantes económicas, políticas y sociales de esas mismas políticas.

La tercera generación se refiere a las políticas llamadas “sustentables” que resaltan la concesión de servicios públicos a empresas privadas, principalmente servicios básicos como energía, agua, transporte y la valorización comercial de los impactos ambientales positivos o negativos, resultantes de determinadas actividades económicas.
La tercera generación del ajuste resalta también la asociación de esas políticas con las reformas del Estado, entendida no solamente como la reducción del papel productivo del sector público sino como la reconfiguración de los roles de los gobiernos de los estados o locales frente al Poder Ejecutivo y del Poder Judicial frente a la corrupción en los países donde las políticas de ajuste son aplicadas. En verdad, los préstamos del Ajuste tienen como finalidad primordial, el pago de los intereses de las deudas de los países considerados deudores.
En este proceso, el FMI actualizó métodos y símbolos para lograr una mayor aceptación de sus políticas, cambiando terminologías para no cambiar nada. Así “combate a la pobreza” pasó a ser utilizado para sustituir a “políticas de ajuste estructural”, “instituciones de desarrollo” pasó a sustituir el término “bancos”

¿Por qué la necesidad del Ajuste?

Los países necesitados fueron generando una deuda externa que no conseguían pagar y pasaron a tomar medidas de congelamiento de salarios y reducción de los subsidios a la producción que generaron enormes impactos sociales. A partir de 1980, los bancos pasaron a exigir, como condición para los
préstamos, modificaciones en las legislaciones, en las instituciones públicas y una disminución de la deuda de los gobiernos, o sea, inician un proceso de intervención en la estructura organizativa de los países tomadores de préstamos, para ajustarlos a sus intereses. A partir de 1989, las políticas de ajuste pasan a ser condición para todos los préstamos realizados por las instituciones multilaterales en América Latina, resultado del acuerdo celebrado entre el FMI, BM y el BID (el llamado Consenso de Washington)
Los países quedan amarrados a los préstamos porque son obligados a saldar sus deudas, como forma de conseguir nuevos préstamos para la ejecución de políticas. Delante de ese círculo vicioso, la cuestión que se coloca es: ¿qué estructura de financiamiento al desarrollo favorecería un crecimiento sustentable sin que ese financiamiento se revierta en un instrumento de
dominación?
Pero es preciso tener claro que es a partir de gobiernos democráticos que se establecen límites en la intervención de las instituciones financieras y se organiza el financiamiento al desarrollo, de modo que sean atendidos los intereses y las necesidades de la mayoría de la población….

Los Bancos Multilaterales

Los bancos multilaterales, como co-promotores del modelo de desarrollo neoliberal, tienen un papel definitorio en la elaboración de políticas públicas, en el financiamiento de políticas y proyectos sectoriales y en el aval que dan al país tomador de préstamos, junto al sistema financiero internacional. De la misma forma que el FMI, ellos son hegemonizados por el gobierno americano. Esas instituciones imponen un modelo de desarrollo patrón a ser aplicado en cualquier país, que no tiene identificación con las diferentes necesidades de las poblaciones.
En general, países cuya mayoría de la población es pobre y/o de reducida soberanía, aceptan que los bancos multilaterales interfieran en su política interna, sin establecer límites a su endeudamiento externo, sin impedir que el presupuesto nacional sea usado para pagar la deuda externa y sin regular y fiscalizar la acción de sus representantes en las instancias directivas de esos bancos. La interferencia consentida llega al nivel de asesoramiento técnico y político, por parte de esos bancos, sea en la producción de análisis sobre políticas, en la aplicación de diagnósticos para medir la capacidad del país para tener acceso al préstamo, sea en la participación en espacios nacionales donde se discuten políticas públicas, lo que ha facilitado el direccionamiento de los recursos presupuestarios de los países.
Los bancos sustentan la política económica del FMI de forma complementaria y armónica, produciendo estragos del punto de vista del desarrollo en todas sus dimensiones. Mismo cuando financian programas de combate a la pobreza, en que se tiene como tentativa disminuir, un problema que ellos generan en cantidad muy mayor.
La relación entre el financiador y el financiado es perversa porque tanto el BM como el BID representan a las grandes fuentes de financiamiento externo de largo plazo disponibles a los gobiernos, para sectores donde no están disponibles financiamientos privados como, por ejemplo, la pobreza rural y la educación básica. Por otro lado, como son agencias muy poderosas, acaban asumiendo un papel importante en la vida interna de los países, financiando investigación, y por lo tanto, invirtiendo en la producción académica para atender sus intereses y formando una opinión pública sensible a sus políticas y argumentos. De ese modo, esas instituciones influencian y determinan cada vez más las políticas en los países.

Banco Mundial- BM

Así como el FMI, el Grupo Banco Mundial nace en la Conferencia de Bretton Woods. El Banco Mundial también conocido como BIRD, compone el Grupo conjuntamente con: CFI, AID, CIRDI y AGIM. El BIRD es considerado la agencia de financiamiento más fuerte del grupo.
El Grupo Banco Mundial fue creado para prestar dinero a los países que necesitaban reconstruir su desarrollo, pero no tenían como tener acceso a los mercados privados porque carecían de credibilidad para realizar contratos. Además de promover la reconstrucción de los países desvastados por la II Guerra, se disponía a eliminar el atraso económico de los países reconocidos como pobres.
El Banco Mundial es la mayor agencia de préstamos a largo plazo, para países en desarrollo y el gobierno brasilero es uno de sus mayores tomadores de préstamos. Fue formado por 184 gobiernos de países como copropietarios, a través de acciones que definen el poder de voto. El Presidente del BM es electo por los 24 directores ejecutivos. Los EEUU controlan 16,41% del total de votos del Banco, Japón 7,87%; Alemania 4,49%, Inglaterra 4,31%, Francia 4,31% y Brasil 2,07% de los votos. Brasil tiene acento en el Consejo de los Directores del Banco. Los gobiernos de los cinco mayores accionistas del Banco escogen 5 directores ejecutivos y el restante es escogido por los otros miembros.
Desde su origen, el Presidente del Banco es un americano impuesto por el gobierno de los EEUU; los miembros del Consejo de Gobernadores, apenas ratifican. Conviene resaltar que esa definición no figura en los estatutos del Banco, se trata de un privilegio hasta hoy incontestable. También desde su origen, los EEUU son los únicos con derecho a veto. La mayoría de las decisiones del Banco es tomada por consenso. A partir de ahí, el peso de la influencia de los EEUU más que el ejercicio del voto, es lo que le da un poder efectivo sobre la dirección del banco.
En toda la historia del Banco, los EEUU ha sido el principal accionista y el país miembro más influyente. El apoyo al Banco, las presiones que ha ejercido sobre él y las críticas que le ha dirigido, han jugado un papel central tanto en el crecimiento del Banco como en la evolución de sus políticas, sus programas y sus prácticas. A pesar de estar sometido a su fuerte influencia, el Banco tiene una cierta autonomía, a partir de una lógica propia que a veces entra en conflicto con los intereses inmediatos de los EEUU.

Banco Interamericano de Desarrollo – BID

El BID nace en 1959, con el objetivo de realizar préstamos para promover el desarrollo y combate a la pobreza. Es el más importante banco de las Américas y el Caribe. Está constituido por 46 países miembros: 26 de América Latina y el Caribe, 16 de Europa, además de Israel y Japón. Brasil es el 2º país con mayor poder de voto (10,752%) empatado con Argentina. Los EEUU detienen 30,007% de los votos.
Sus préstamos son volcados tanto para los gobiernos como para las empresas privadas. El BID defiende como principio para el desarrollo de un país, la reducción de la intervención del Estado y favorecer el protagonismo de las empresas privadas. Sus prioridades de financiamiento son: equidad social y reducción de la pobreza, modernización, integración y medio ambiente.
A ejemplo del Banco Mundial, el BID también está vinculado a las políticas de Ajuste Estructural del FMI. Una de las reformas más intensamente apoyadas por el BID son las asociaciones público privado, constituidas como alternativa a la privatización de los servicios públicos, donde son ofrecidas a las empresas privadas grandes oportunidades de mucha ganancia y ventajas, con gran seguridad ofrecida por el Estado, en distintos campos de las políticas públicas, desde la construcción y/o la mantención de carreteras y hasta el gerenciamiento de instituciones educativas.
En la perspectiva de una actuación más agresiva, técnica y financieramente en lo que se refiere a la integración hemisférica, el BID ha invertido en el Plan Puebla – Panamá, en procesos de integración en el Caribe y en la Integración de Infraestructuras Regional de Sudamérica – IIRSA, y que en opinión de muchas organizaciones de la sociedad civil, son espacios fomentados en el ámbito regional y sub- regional para la construcción del ambiente necesario a la implementación del ALCA. Para el BID la integración regional “es parte integral de las reformas estructurales que los países han llevado a cabo desde los años 1980".



ACTIVIDAD DOMICILIARIA N° 5
 (De carácter individual)

  “EVOLUCIÓN DE LOS MODELOS ECONÓMICOS EN AMÉRICA LATINA”
ESTUDIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES, 3º AÑO de Bachillerato Ref. 2006
Profesor: Horacio Machín
  • Leer atentamente el siguiente texto y responder las siguientes preguntas utilizando además otros materiales vinculados con lo que se solicita.
1- ¿Cuáles son las vinculaciones que se pueden encontrar entre el modelo exportador de Andy Thorpe y Alonso Aguilar Ibarra, en el trabajo titulado "Los modelos económicos de utilización de recursos naturales en Latinoamérica", con el nuevo modelo económico neoliberal ?


2- Analice el modelo ISI y vincúlelo con el "impulso industrial" del Neobatllismo.


3- Teniendo presente las características del nuevo modelo económico neoliberal que se viene aplicando desde los ochenta en toda América Latina ¿cómo se viene instrumentando ese modelo económico en el Uruguay?
Debe fundamentar la pregunta citando casos o ejemplos de políticas realizadas por los distintos gobiernos uruguayos.

Andy Thorpe y Alonso Aguilar Ibarra. Los modelos económicos de utilización de recursos naturales en Latinoamérica. Ensayos de Economía (EDeE). No. 36. JUNIO DE 2010. pp. 127-142.

LOS “VIEJOS” MODELOS ECONÓMICOS

Desde el punto de vista histórico, se puede considerar que la utilización de recursos naturales en Latinoamérica ha pasado por tres modelos distintos: el exportador (de la época colonial a principios del siglo veinte), la sustitución de importaciones (casi todo el siglo veinte) y el nuevo modelo económico o neoliberalismo (desde finales del siglo veinte).

El modelo exportador

El primer modelo, el exportador, fue implantado en la región desde el tiempo colonial y permaneció en muchos países hasta mediados del siglo veinte. El origen de este modelo tuvo lugar durante la etapa colonial, durante la cual los metales preciosos fueron extraídos de muchos países latinoamericanos. Tal modelo fue impulsado por tres factores externos (pero inter-relacionados), apoyado en muchos casos con políticas nacionales: la revolución industrial, la expansión agrícola y el transporte.

a) La revolución industrial. Comenzando en el Reino Unido alrededor de 1780, la revolución introdujo nuevas técnicas de producción en las industrias textiles, mientras que mejoras en la producción de hierro/acero y las innovaciones en la generación de poder (vapor y después electricidad), ayudaron a expandir la capacidad productiva en los poderes industriales emergentes (PIE). Esta revolución tiene dos consecuencias importantes para América Latina. Primero, el crecimiento en la capacidad productiva estimuló la demanda de recursos agotables, especialmente de minerales como hierro, estaño o cobre. Ésta era una demanda que los PIE no podían satisfacer con la explotación de sus minas nacionales. Por lo tanto, se abren oportunidades o afianzamiento del colonialismo para que los países con tales recursos pudieran beneficiarse a través del comercio internacional. En Bolivia por ejemplo, las exportaciones de estaño crecieron de 3,750 toneladas métricas en 1897 hasta 44,590 toneladas métricas en 1913.
Segundo, las ganancias en la productividad industrial permitieron una baja en los costos de la producción final industrial y, como la revolución tecnológica no se difundió a la producción minera o agrícola en América Latina sino después del siglo diecinueve, los precios de sus productos subieron por la creciente demanda. Por lo tanto, los términos netos de intercambio comercial mejoraron para la región a lo largo de la mayor parte del siglo dieciocho (Schneider, 1981), permitiendo un incremento en la capacidad de importación, por lo que aumentaron los ingresos por aranceles, cerrando así la brecha fiscal en varios países.

b) La expansión agrícola. El estímulo agrícola para la región viene por dos lados. Primero, para reforzar el proceso industrial, los PIE cambiaron su política de comercio. Liderado por el Reino Unido, de los 1850s en adelante, se derogaron los aranceles designados a proteger los productores nacionales de la competencia internacional en favor de permitir la entrada de productos agrícolas provenientes de clima templado pero más baratos, con el objetivo de bajar los costos laborales y, a través de eso, reducir todavía más los precios de los bienes industriales. Argentina fue uno de los principales beneficiaros de esta política, expandiendo su producción de maíz desde 1.6 millones de hectáreas en 1894 hasta 6.6 millones de hectáreas en 1914, volviendo a ser una de las doce naciones más ricas en el mundo en los años 1920s.
Segundo, la industrialización en los PIE se refleja en el crecimiento del PIB per cápita y por una demanda creciente por nuevos productos agrícolas tropicales – entre los cuales podemos destacar el café. Las exportaciones colombianas de café, por ejemplo, crecieron de 23,000 sacos en 1845 a 1.1 millones de sacos en 1915, aunque es cierto que la mayor importancia de las exportaciones de café se efectuaron en el siglo veinte.

c) El transporte y la conservación de alimentos. El tercer estimulo fue el desarrollo de nuevos métodos de transporte así como formas de preservar los alimentos. El ferrocarril, los buques de vapor y la invención de la refrigeración ayudaron a sacar cantidades más grandes de recursos de la región, con menos costos y con menos pérdidas del producto durante la transportación.
Sin el ferrocarril y la refrigeración en los barcos, las exportaciones de plátano desde Costa Rica no hubieran ascendido desde casi 111 mil racimos en 1883 hasta poco más de dos millones de racimos, lo que lo convirtió en el segundo exportador mundial de plátano para 1898. En México, por ejemplo, el ferrocarril creció de 472 Km. en 1873 a 19,205 Km. en 1910, lo que fue clave para reducir los costos de transporte (el costo de llevar una tonelada de algodón entre Querétaro y la Ciudad de México bajó de 61 pesos en 1861 a tres pesos en 1910).
A estos tres puntos se debe agregar el hecho que, en muchos países, las élites nacionales elevaron su perfil exportador a través de políticas nacionales dirigidas al apoyo del crecimiento del sector. Un caso puntual fue Honduras en 1913, cuando el gobierno entregó 162,000 hectáreas concesionadas al United Fruit Company para cultivar plátano a cambio de la promesa de construir vías férreas en la costa norte del país.
Finalmente hay que señalar tres cosas. Primero, de acuerdo con Bulmer-Thomas (1994), el modelo exportador se consolidó a través de la región –las exportaciones registraron incrementos entre 137 por ciento (Honduras) hasta más de 3,900 por ciento (Argentina) entre 1850 y 1913, o sea entre 2.2 y 63 por ciento en promedio por año. Segundo, el portafolio de exportaciones era dependiente de la extracción de recursos no renovables (los casos de Chile y Bolivia) o de la explotación de los suelos (Costa Rica y Venezuela). Además fue muy concentrado: los dos principales rubros de exportación contribuyeron más de tres cuartas partes de las exportaciones en la mitad de los países (hasta 96 por ciento en El Salvador). Tercero, la innovación tecnológica (especialmente en el sector minero) y los avances en el transporte ayudaron a abaratar el costo de suministrar los productos primarios y eso, frente a una baja elasticidad ingreso de la demanda por tales bienes, causaría un deterioro en los términos netos del intercambio comercial a través del tiempo. Este fenómeno fue notado en el caso de América Latina entre 1870 y 1930 por dos economistas – Hans Singer y Raúl Prebisch – y fue el eje fundamental para que la CEPAL propusiera en ese momento una nueva estrategia de desarrollo (ver siguiente sección), la cual tuvo menos énfasis en extraer y exportar los recursos naturales de la región.

El modelo de sustitución de importaciones

El segundo modelo es la estrategia de sustitución de las importaciones, la cual intentó reducir la dependencia en mercados externos a través del propio desarrollo de la producción de bienes industrializados con destino final al mercado interno. No obstante, este modelo tiene un origen externo, ya que la Gran Depresión de 1929-1931, así como el crecimiento en la protección arancelaria por parte de los países industrializados, aunado a la Segunda Guerra Mundial, cortó las redes internacionales de comercio, lo que llevó a la CEPAL y a los gobiernos de la región a buscar un nuevo modelo más acorde con las necesidades latinoamericanas. En esta fase entonces, las políticas nacionales (especialmente después de los años cincuenta) jugaron un papel más importante en fomentar caminos propios de desarrollo. Entre las políticas generalmente aplicadas podemos destacar las tarifas y barreras no arancelarias para prevenir importaciones seleccionadas y así excluir bienes que pudieran competir con la producción de la naciente industria nacional. Las tasas de cambio sobrevaloradas permitieron la entrada de bienes de capital para consolidar a la industria nacional, así como las tasas de interés subvencionadas fomentar la inversión industrial. Un régimen fiscal que favoreciera al sector industrial nacional y restricciones o recortes en la inversión extranjera en la economía doméstica, incluyendo la nacionalización. Además, se apoyó la inversión estatal para romper los “cuellos de botella”, como la falta de infraestructura, educación, suministro de energía y otros bienes. Y finalmente, la formación de mercados regionales (LAFTA, CACM) para expandir el mercado regional y organizaciones de “commodities” (OPEC, UPEB, ITC) para aumentar los precios recibidos en el mercado internacional.
Esta estrategia fue muy exitosa en términos de crecimiento económico ya que en varios países el PIB creció a tasas entre seis y ocho por ciento por año entre los años cincuenta y ochenta. Aunque cuando se toma en cuenta el crecimiento poblacional los incrementos bajan, todavía fueron tasas aceptables. México, por ejemplo, creció a una tasa real de 3.1 por ciento per capita por año en este periodo.
Pero ¿cuál fue el efecto de estas políticas en los recursos naturales? Se pueden distinguir tres tendencias de esta fase a nivel regional. Primero, el énfasis en industrializarse provocó una demanda creciente por energía y la crisis energética de 1973 dio un empuje a la exploración y extracción de petróleo y gas en la región. Mientras que el intento fue satisfacer la demanda nacional por energía, también permitió aumentar la exportación de ciertos países. El efecto fue enorme en ciertas localidades –la explotación petrolera en Tabasco y Chiapas, México en los setenta, por ejemplo, convirtió a Villahermosa, originalmente un pequeño pueblo ribereño, en una ciudad portuaria de refinerías con más de un millón de personas (Dore, 2000: 17). Igualmente, esta crisis energética ayudó a fomentar el interés en la energía renovable, más notoria en Brasil, donde se expandió la capacidad hidroeléctrica instalada de 18,500 Gigawatts hasta 54,000 Gigawatts entre 1975 y 1985. Durante este proceso, surgieron las primeras inquietudes sobre los efectos ambientales de las represas (Ferradas, 1998). A finales del siglo veinte, Brasil tenía más de 600 represas produciendo 96.8 por ciento del poder de generación del país.
Segundo, el crecimiento industrial también creó una demanda nacional por otros recursos no renovables, como el cobre y el estaño; aunque los precios internacionales todavía han tenido una gran influencia en determinar sus niveles absolutos de producción. En el caso del estaño, por ejemplo, mientras que el desarrollo de minería a cielo abierto bajó los costos de producción considerablemente, las actividades del Consejo Internacional de Estaño a través del uso de cuotas de exportación y reservas estratégicas (“buffer stocks”) ha favorecido el alto nivel de los precios. Esta alza de precios ayudó a la empresa estatal de estaño de Bolivia (COMIBOL), uno de los productores con mayores costos de producción en el mundo, a evitar la bancarrota hasta los años ochenta.
Tercero, el favorecimiento del sector industrial en los planes de desarrollo también tiene un efecto en el sector agrícola, lo cual fue visto como una fuente de ingresos para fomentar el sector industrial (el caso de las agro-exportaciones) o como fuente de alimentos baratos para sostener la creciente fuerza de trabajo industrial/urbano. En Centroamérica, por ejemplo, se le da prioridad al crédito y a los incentivos dirigidos al sector agro-exportador tradicional, mientras que se introducen programas de reforma agraria (como en Honduras en 1962, 1972 y 1975) para aumentar la producción de granos básicos y reducir el número de campesinos sin tierra (Bulmer-Thomas, 1994; Thorpe, 2002). Ambas políticas tuvieron impacto en el uso de la tierra, tanto extensivo como intensivo.
La fase que corresponde a este segundo modelo llegó a su término debido a la crisis por la deuda durante los años ochenta. Esta crisis tuvo un origen interno para muchos países de la región ya que el endeudamiento resultó por un intento frustrado de avanzar en el proceso de desarrollo industrial frente a factores externos no favorables –como la recesión mundial y los aumentos en las tasas reales de interés. Aunque es cierto que los mercados internos se desarrollaron en esta fase, especialmente en los grandes países latinoamericanos como Brasil, México y Argentina, en realidad la región quedó muy abierta al comercio internacional. Igualmente, si comparamos la estructura de las exportaciones de América Latina en 1985 con la estructura de tres cuartos de siglo atrás, estos países dependen de la explotación de sus recursos naturales (incluyendo el suelo, con los cultivos) para conseguir buena parte de sus divisas (Tabla 3). Sin embargo, los aumentos en las exportaciones son más elevados en los países que empezaron a aprovechar sus depósitos de petróleo –como Ecuador, México, y Venezuela, países en donde este recurso llega a dominar su portafolio de exportaciones. Solamente Argentina y Brasil se han diversificado lo suficiente como para que los dos principales productos de exportación no contribuyan más del 30 por cierto al ingreso de divisas.

EL NUEVO MODELO ECONÓMICO

La tercera fase (el “nuevo modelo económico” o programa neo-liberal), entró en vigencia en Chile bajo el régimen de Pinochet en los setentas y, en la mayoría de los demás países de la región, en los ochentas – una década que fue denominada como la “década perdida” por parte de algunos observadores, dado que el crecimiento económico fue muy bajo o negativo. El nuevo modelo económico generalmente enfatiza el libre mercado y exhorta a los países a explotar sus ventajas comparativas en el mercado internacional. Este sistema se caracteriza, entre otras, por las siguientes medidas:
• Liberalización del comercio, en particular una reducción significativa en los aranceles, la derogación de otras barreras de comercio y la depreciación de la moneda nacional a su nivel ‘real’ – no sobrevalorado.
• Reformas fiscales, en particular una reducción del gasto público y un cambio en la fuente de ingresos estatales a través de la privatización (corto plazo) y reformas tributarias (ahora con más énfasis en impuestos sobre el consumo).
• Reformas al mercado de capitales, en particular la liberalización de las tasas de interés, reformas bancarias y la derogación de los controles de capital –lo que permitió atraer la inversión extranjera.
• Reformas laborales con el objetivo de facilitar la contracción y la desvinculación de la fuerza de trabajo.
• Privatizaciones para reducir el papel del Estado en la economía.
Es cierto que el nuevo modelo dio beneficios de crecimiento del PIB en los noventa, pero ¿cómo afectó los recursos naturales y el medio ambiente de la región? Aunque es difícil generalizar, este modelo impactó la utilización de los recursos naturales en Latinoamérica de tres maneras: a) se incentivó la producción de bienes mercadeables; b) se favoreció la exportación de productos no tradicionales y c) se cambió el derecho de la propiedad pública hacia la propiedad privada. Para argumentarlo, se presentan a continuación cuatro estudios de caso.

a) Se incentiva la producción de bienes mercadeables

Caso 1: Perú – Fujimori (1990-2000) y el sector minero. Con la elección de Alberto Fujimori en 1990 se instaló el modelo neo-liberal en Perú. El siguiente año su gobierno abrió la economía nacional -permitiendo a los inversionistas internacionales utilizar los mercados nacionales de crédito e invertir en todos los sectores, mientras que se derogaron las restricciones de remitir ganancias, dividendos y regalías al extranjero. El mismo año se ofrecieron paquetes de impuestos preferenciales (de estabilización) de diez o quince años para inversionistas internacionales –mientras se empezó el proceso de privatización. En 1996 se aprobó la Ley 26615 –la Ley Nacional de Catastro Minero– la cual agilizó el proceso para registrar solicitudes y permisos, revisó las leyes sobre la tenencia de la tierra y centralizó la administración de concesiones mineras (Bury, 2005: 222-223). Además, la exitosa campaña contra Sendero Luminoso también mejoró el ambiente inversionista en el sector rural.
¿Cuáles fueron los efectos de la política Fujimorista? En términos de la propiedad, se privatizaron más de 200 empresas del sector minero entre 1992 y 2000, generando más de US$1.2 mil millones para el gobierno –transfiriendo 95% del sector a manos privadas en el año 2000, comparado con el 55% en 1990. En términos del efecto en la inversión minera (solamente en 1992 se registraron más solicitudes o permisos que en todos los quince años anteriores) con el total de solicitudes y permisos subiendo a 22 millones de hectáreas en 2000 (4 millones de hectáreas en 1992), lo cual cubre 10% de toda la tierra en el país. En términos de la producción (como se muestra en la Tabla 4) tiene un efecto dramático en la producción de estaño (al momento que los precios internacionales disminuían), con incrementos importantes también en la producción de oro, cobre y zinc durante la década.

b) Se favorece la exportación de productos no tradicionales

Caso 2: Argentina -Menem (1989-1999) y el sector pesquero. Con la elección de Carlos Menem en 1989 se instaló el modelo neo-liberal en Argentina. La estabilidad económica impulsó la inversión en el sector, ayudado por (i) la decisión de permitir la importación de barcos pesqueros para la industria casi libre de impuestos, (ii) una nueva ley pesquera que agilizó el proceso de naturalizar buques del extranjero y (iii) un decreto ejecutivo de 1992 el cual permitió a empresas nacionales alquilar barcos con bandera extranjera. En 1993 el gobierno Menemista concluyó un acuerdo con la Comunidad Europea, la cual redujo en dos terceras partes el arancel para productos pesqueros argentinos a cambio de mayor acceso a las aguas argentinas por parte de las flotas europeas. Además, los altos precios internacionales de la merluza argentina también favorecieron el ambiente inversionista en el sector.
¿Cuáles fueron los efectos de la política Menemista? En términos del efecto en la inversión pesquera, entre 1991 y 1995 el número de buques pesqueros argentinos pasó de 263 a 371, mientras que el tonelaje bruto registrado de la flota casi se duplicó, de 129 mil toneladas hasta 213 mil toneladas.
En términos de la propiedad, los mayores beneficiarios fueron los nuevos inversionistas nacionales con barcos que contaban con procesamiento y enfriamiento, así como inversionistas internacionales de España, Japón, Corea y Taiwán, los cuales entraron en proyectos “joint-venture” asociados con sus contrapartes locales, mientras que varias empresas tradicionales enfrentaron la bancarrota. En términos de la producción, la explotación de la merluza argentina y el valor de las exportaciones pesqueras casi se duplicó entre 1990 y 1995 (Figura 1). Sin embargo, dio como resultado la sobreexplotación y, aunque se introdujo una nueva ley y cuotas para proteger esta pesquería, fue muy tarde y - hasta ahora- ni la producción ni las exportaciones pesqueras alcanzan los niveles de la década anterior. Además y, simultáneamente, se incentivó la producción de nuevos bienes comerciables. Por ejemplo, la diversificación en las exportaciones fue un punto clave en el crecimiento económico per capita entre 1980 y 2003 (Agosin, 2009: 128-130).

Caso 3: Honduras: neo-liberalismo y el sector camaronero. Aunque el nuevo modelo económico en Honduras data del gobierno de Rafael Callejas en 1990, el sector camaronero ya se había beneficiado desde antes por políticas verdaderamente neo-liberales. El Decreto 37 de 1984 introdujo el Régimen de Importación Temporal (RIT), el cual permitió que empresas desarrollando nuevos tipos de exportaciones (no tradicionales) pudieran importar bienes de capital libres de arancel y gastos administrativos, otorgando exenciones para pagar impuestos en las ganancias por un periodo de diez años.
Junto con la Iniciativa de la Cuenca del Caribe de los Estados Unidos, el cual permitió la entrada libre de impuestos de exportaciones no tradicionales al mercado norteamericano, se dio un fuerte empuje al desarrollo del sector. El Acuerdo 229 (1991), aprobado bajo el mandato del gobierno de Callejas, el Ministerio de Turismo y el DIGPESCA promovieron el alquiler de tierras de la costa del Pacífico a inversionistas por precios de US$1-5 (3-15 lempiras) por hectárea y, aunque el proceso concesionario fue más tradicional que neo-liberal, en el sentido que fue burocrático y costoso (involucrando 47 pasos y 5 agencias – tardando 14 meses y costando alrededor de US$2,500 por aplicación), esto no disuadió a las inversionistas (Stanley y Alduvin, 2000: 13-15).
¿Cuáles fueron los efectos de tales políticas? En términos del efecto en la inversión camaronera, la expansión desenfrenada del sector siguió hasta 1995, al punto que se otorgaron 25,100 hectáreas de concesiones poniendo alrededor de 34% de la costa del Pacífico bajo el control camaronero. En términos de la propiedad estas concesiones quedaron en manos de 88 empresas locales, es decir, un promedio de 285 hectáreas por empresa. En términos de la producción (Figura 2), ésta se duplicó entre 1990 y 1995, con el área de producción estabilizándose alrededor de 14,000 hectáreas.
El aumento en las exportaciones fue más notorio, creciendo más de cuatro veces durante la década de los noventa. Este aumento convierte al camarón en el tercer producto más importante de exportación del país, pero ha enfrentado fuertes preocupaciones sobre la destrucción de los manglares y la contaminación del agua (Stonich y Bailey, 2000: 23-25). De esta manera, el gobierno trató de manejar la expansión, exigiendo la realización de un estudio de impacto ambiental antes de entregar la concesión solicitada (1993), imponiendo una moratoria a la expansión del sector (1996), y designando casi 70,000 hectáreas de la costa sur como áreas protegidas (1999).

c) Se cambió el derecho de la propiedad pública hacia la propiedad privada

El nuevo modelo económico, a través de la privatización, ofrece oportunidades al sector privado a entrar en nuevas áreas de producción y distribución –los cuales pueden incidir en el uso y manejo de los recursos naturales. Además, se abre la puerta a la inversión extranjera en tales campos. Lo importante aquí es, primero, que los intereses y objetivos privados tal vez no son iguales a los intereses y objetivos públicos y segundo, los intereses y objetivos de inversionistas internacionales tal vez no son iguales a los intereses y objetivos de inversionistas nacionales. ¿Cómo puede esto afectar al manejo y uso de los recursos naturales? Para responder a esta pregunta se presenta el cuarto estudio de caso: Cochabamba, Bolivia.

Caso 4: Cochabamba, Bolivia y la guerra del agua. De acuerdo con Nickson y Vargas (2002) y Assies (2003), el servicio de agua potable había sido suministrado a la población de Cochabamba por la empresa municipal SEMAPA desde 1967. Sin embargo, su cobertura solamente llegaba al 57% de los residentes (mientras se pierde más del 50 por ciento del suministro por fugas en un sistema inadecuado de distribución) y con una demanda no satisfecha estimada en 39 por ciento, el racionamiento se volvió muy común en las temporadas secas Además, como consecuencia de las tomas ilegales (5-10 por ciento del suministro) y la falta de pago de facturas, SEMAPA tenía un déficit financiero de alrededor de US$30 millones. Para renovar el sistema nacional, el gobierno neo-liberal de Hugo Banzer aprobó la Ley 2029 (La Ley de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario) en 1999. Esta ley ofreció concesiones de 40 años de suministro de agua -bajo ciertas condiciones– a empresas estatales y privadas. La concesión-monopolio de Cochabamba fue ganado por una empresa internacional –Aguas del Tunari– y el contrato firmado entre la empresa y el Estado vio la compañía asumiendo la deuda de SEMAPA y prometiendo: i) reparar los tubos para reducir las pérdidas del liquido, ii) aumentar la cobertura hasta el 90 por ciento en 2004 (100 por ciento para 2034), y iii) participar en el proyecto MISICUNI –para resolver el problema de escasez de agua en el pueblo. Por su parte, la compañía aseguró el derecho de aumentar las tarifas cobradas hasta el 35 por ciento en 2000 y 20 por ciento más en 2002 - para cubrir estos gastos y también garantizar un retorno del 16 por ciento en el capital invertido a la empresa. Así, el 1o de enero de 2000, las tarifas aumentaron en un promedio de 35 por ciento. Sin embargo, como se implementó un nuevo sistema tarifario, para algunos consumidores (muchos de ellos de clase alta y con un alto consumo del líquido), el incremento ascendió entre 106 y 200 por ciento. Esto provocó manifestaciones en las calles y, frente a esta protesta social, el gobierno anunció una rebaja en las tarifas del 20 por ciento en febrero y después, en abril, la concesión fue revocada: Aguas de Tunari salió de Bolivia (Nickson y Vargas, 2002; Assies, 2003).
En resumen y generalizando estos cuatro estudios de caso, se puede señalar que, aunque el crecimiento económico fue restaurado (y algunos observadores sugieren que la pobreza también se redujo) bajo el régimen neo-liberal, esto fue acompañado con un creciente énfasis en el comercio internacional como herramienta de desarrollo. En Latinoamérica esto se tradujo en una creciente explotación de los recursos energéticos y minerales, mientras que la expansión de las exportaciones agrícolas pusieron más presión en el suelo y el agua para riego, así como un aumento en la deforestación. Aunque el nuevo modelo también puede ayudar a conservar los recursos naturales por medio de instrumentos como el precio como una señal de su escasez (como en el caso del agua en Bolivia), su éxito dependerá de que existan las instituciones, los reglamentos y algo crítico, la voluntad política (o ausencia de corrupción) para lograrlo.
Al comienzo del Nuevo Milenio, una combinación de factores – entre ellos “el efecto China”, los altos niveles de crecimiento económico a través del mundo, las tasas de interés bajas y un creciente interés por parte de inversionistas en “commodities” como el estaño, el petróleo y los alimentos, reforzó el crecimiento de exportaciones – y a través de eso – el crecimiento del PIB a lo largo de Latinoamérica, ejerciendo más presión sobre la explotación de suelos y la extracción de minerales. Entre octubre de 2001 y abril de 2007, el precio internacional del estaño y del zinc se cuadruplicaron, el precio del cobre aumentó cinco veces y el del níquel diez veces. Y bajo esta tendencia alcista de precios, comenzó la crisis global.

CONCLUSIÓN

La historia económica es una forma útil de analizar modelos de utilización de recursos naturales. Así, se han presentado las diferentes etapas de su uso en Latinoamérica, desde la época colonial hasta el presente. Un patrón que se ha repetido durante este lapso es la exportación como puntal del desarrollo regional, aún a pesar del modelo de sustitución de importaciones. Si durante la época colonial predominó la extracción de metales preciosos y productos tradicionales, más recientemente ha habido una diversificación (incluyendo las exportaciones no tradicionales), pero bajo el mismo principio de obtención de divisas.
Es claro que, entonces, una crisis financiera global, tendrá repercusiones fuertes por la disminución de la demanda. Aunque este efecto será temporal, es una buena oportunidad de reflexionar sobre estos modelos de desarrollo basados siempre mirando al exterior. Los recursos naturales pueden seguir siendo fuente de divisas pero promover el desarrollo de una industria de la transformación, sustentable, con tecnología propia y diversificada, para generar productos con valor agregado y con más opciones de consumo para los habitantes de la región, puede ayudar a sentar las bases para un crecimiento sostenido. Esto contrastaría con la extracción-exportación de materias primas, cuya renta económica si no se disipa por la sobre-explotación, se transfiere a terceros países, manteniendo la desigualdad y el deterioro ambiental, que hasta el momento ha sido generalizado en Latinoamérica.



ACTIVIDAD N° 6
(De carácter individual) 
Consigna:
Como usted podrá observar, esta actividad práctica esta enmarcado en la Unidad 2, vinculado a la subunidad “El cambio demográfico” a escala global y local.
Para ello realizaremos una actividad práctica, que tendrá carácter de escrito, y deberá ser presentada en forma individual, por escrito y oral.
Para responder las siguientes preguntas deberá leer atentamente el material, y en lo posible a no desesperarse, OK. No es necesario que deban sacar fotocopia de todo el material ya que son muchas hojas, lo conveniente es ir al siguiente link que se titula: La población mundial alcanzará a los 7.000 millones personas.
O aquellos alumnos que no puedan acceder a él, les anexo el material sin las fotografías, graficas, pirámides de población y la cartografía correspondiente.

PREGUNTAS

1. Si tuvieras que elaborar un informe, sobre el aumento de la población mundial, y como presentación del mismo debieras mostrar los cambios por los cuales ha pasado tu ciudad, pueblo o zona rural donde vives, de qué forma lo presentarías, a través de un breve resumen síntesis, muy similar al de la editorial, de la Revista National Geographic.
Como mínimo, dicha elaboración personal, debe de consistir en 20 renglones.

2- Teniendo presente las imágenes y la información que nos aporta el material de la National Geographic de enero de 2011, con respecto a que “Pronto seremos 7.000 millones de personas en el Mundo”. Explique ¿cuáles son las consecuencias que ocasionará dicho crecimiento de la población a nivel mundial?
3- Siguiendo con el material aportado por la revista responda lo siguiente:
  • ¿Cómo se produce la explosión demográfica?
  • ¿Cuáles son las condicionantes que los EE.UU. tenga las características de la tercera y cuarta etapa de la transición demográfica?
  • Si tuvieras que explicar la situación demográfica del Uruguay, ¿cuál o cuáles de las etapas de la transición demográfica es la más representativa para nuestro país?
“PRONTO SEREMOS 7.000 MILLONES EN EL MUNDO”
EES. 3º Año de Bachillerato Ref.2006.
Prof. Horacio Machín Machín.

La población mundial alcanzará los 7.000 millones de personas este año. Pero no hace falta visitar la ciudad de Delhi, en la India (con 22 millones de habitantes), ni viajar a China (donde vive la quinta parte de la humanidad) para pensar en las consecuencias. Cuando regreso al lugar donde nací, en Oregón, descubro que los campos donde solía segar heno, recolectar cebollas o recoger peras de los árboles ya no existen. Ahora h ay viviendas y centros comerciales. No es de extrañar: la población del condado de Jackson se ha triplicado a lo largo de mi vida. Cuando veo el rápido desarrollo de mi pueblo, me pregunto qué le deparará el futuro al resto del mundo.
Este mes empezamos a explorar dicho futuro en una serie de reportajes relacionados con la población que iremos publicando a lo largo del año. El director de la sección de medio ambiente, Robert Kunzig, empieza por esbozar un panorama general sobre la evolución de la población mundial.
Los asuntos relacionados con este tema parecen inacabables: pobreza, suministro de agua y alimentos, salud, de forestación, índices de fecundidad, cambio climático y muchos más.
“La preocupación por cuestiones relacionadas con la población no es nueva”, escribe Kunzig. Algunos de los primeros trabajos sobre demografía datan del siglo XVII. Más de 300 años después, aún no sabemos cuál será el desenlace del litigio entre la humanidad y el planeta.

Se calcula que para 2045 la población mundial alcanzará los 9.000 millones. ¿Podrá resistirlo el planeta?

Ahora que nos aproximamos al listón de los 7.000 millones de habitantes, es hora de hacer balance. En las próximas décadas, pese a la disminución de la natalidad, la población seguirá aumentando, sobre t o do en los países pobres. Si los miles de millones de personas que aspiran a salir de la pobreza siguen el camino trazado por los habitantes de los países ricos, también serán una pesada carga para los recursos del planeta. ¿Hasta dónde crecerá la población? ¿Cómo será el planeta en 2045? A lo largo del año ofreceremos una serie de reportajes que analizarán detenidamente esas cuestiones. Las respuestas dependerán de las decisiones que cada uno de nosotros tomemos.

POR ROBERT KUNZIG

Un día de otoño de 1677, Antoni van Leeuwenhoek, comerciante de telas de Delft de quien se dice fue el modelo de dos cuadros de Johannes Vermeer (El astrónomo y El geógrafo), interrumpió de repente lo que estaba haciendo con su mujer y corrió a su mesa de trabajo. Los paños eran su negocio, pero la microscopia era su pasión. Ya había tenido cinco hijos con su primera esposa (aunque cuatro habían muerto de niños), y no pensaba en la paternidad.

“Antes de que el pulso me latiera seis veces”, escribió más adelante a la Royal Society de Londres, Leeuwenhoek se puso a examinar su perecedera muestra a través de una diminuta lente de aumento. No más grande que una gota de lluvia, su lente aumentaba los objetos cientos de veces.
Él mismo la había fabricado, y nadie más disponía de una lente tan potente. Los sabios de Londres aún estaban tratando de verificar la anterior afirmación de Leeuwenhoek: que en una sola gota de agua de un lago e incluso de una copa de v i no francés había millones de “animálculos” inapreciables a simple vista. Pero ahora tenía algo más delicado que revelarles: el semen humano también contenía animálculos. “A veces más de un millar -escribió-, en una muestra del tamaño de un grano de arena.”
Con el ojo pegado a la lente como un joyero, Leeuwenhoek veía sus propios animálculos, que nadaban y agitaban la larga cola.
A partir de ese momento, Le euwenhoek se obsesionó un poco. Aunque su diminuto mirador le ofrecía acceso privilegiado a un universo microscópico antes desconocido, empezó a dedicar un tiempo desmesurado a la observación de los espermatozoides, como hoy los llamamos. Curiosamente, la idea de calcular cuántas personas pueden vivir en la Tierra se le ocurrió un día, casi por casualidad, al examinar el líquido seminal extraído de un bacalao.
En aquella época se habían hecho pocos censos y nadie sabía realmente cuánta gente había en el mundo. Leeuwenhoek partió de un cálculo estimativo de alrededor de un millón de habitantes para Holanda. Aplicando la geometría esférica a los mapas, calculó que la superficie habitada del planeta era 13.385 veces mayor que la de Holanda. Era difícil imaginar que todo el planeta estuviera tan densamente poblado como Holanda, que para entonces ya estaba muy habitada. Así pues, Leeuwenhoek llegó a la triunfal conclusión de que en el mundo no podía haber más de 13.385 millones de habitantes, ¡un número reducido comparado con los 150.000 millones de espermatozoides presentes en el interior de un solo bacalao! Ese cálculo optimista, apunta el biólogo de poblaciones Joel Cohén en su libro How Man y People Canthe Earth Support?, fue quizás el primer intento de hallar una respuesta cuantitativa a una pregunta que hoy se ha hecho mucho más acuciante que en el siglo XVII. En estos tiempos la mayoría de las respuestas distan mucho de ser optimistas.
Ahora los historiadores calculan que en la época de Leeuwenhoek la Tierra tenía apenas unos 500 millones de habitantes. Después de una lenta progresión de varios milenios, la población estaba empezando a despegar. Un siglo y medio después, cuando otro científico informó del descubrimiento de los óvulos humanos, la población mundial se había duplicado hasta superar los 1.000 millones. Un siglo más tarde, en torno a 1930, la cifra se había vuelto a duplicar hasta alcanzar los 2.000 millones. Desde entonces el ritmo de crecimiento ha sido vertiginoso. Antes del siglo XX, ninguna persona había visto duplicarse la población mundial en el transcurso de su vida, pero actualmente hay gente que la ha visto triplicarse. En algún momento hacia finales de 2011, según la División de Población de la ONU, seremos 7.000 millones.
Si bien la explosión demográfica se está ralentizando, está lejos de haber terminado. La gente no sólo vive más, sino que hay tantas mujeres en el mundo en edad fértil (1.800 millones) que la población seguirá aumentando durante varias décadas más, aunque hoy una mujer tiene menos hijos de los que habría tenido hace una generación. Para el año 2050 la cifra total podría ser de 10.500 millones, o detenerse en 8.000 millones; la diferencia es más o menos de un hijo por mujer. Los demógrafos de la ONU consideran que lo más probable es que se quede en un término medio: prevén que la población alcance los 9.000 millones antes de 2050, en 2045. La cifra final dependerá de las decisiones de las parejas cuando practiquen el más íntimo de los actos humanos, el que Leeuwenhoek interrumpió con despreocupación en nombre de la ciencia.
Con un ritmo de crecimiento poblacional de unos 80 millones de habitantes al año, es difícil no alarmarse. Los niveles freáticos están bajando en todo el mundo, la erosión del suelo va en aumento, los glaciares se derriten y las reservas pesqueras están desapareciendo. Cerca de mil millones de personas pasan hambre a diario. Dentro de unos decenios habrá 2.000 millones de bocas más que alimentar, la mayoría en países pobres. Habrá además miles de millones de personas que querrán y merecerán salir de la pobreza. Si siguen el ejemplo de los países ricos (tala de bosques, quema de combustibles fósiles y uso generoso de fertilizantes y plaguicidas), también serán una pesada carga para los recursos naturales del planeta. ¿Qué pasará entonces?

ES RELATIVAMENTE CONSOLADOR saber que la preocupación por la población no es nueva. Desde el principio, según afirma el demógrafo francés Hervé Le Bras, la demografía ha estado impregnada de visiones apocalípticas. Algunos de los textos fundacional es de esta disciplina datan de unos pocos años después del descubrimiento de Leeuwenhoek y son obra de sir William Petty, uno de los padres de la Royal Society. Petty calculó que la población mundial se duplicaría seis veces antes del Juicio Fina l, que se esperaba tendría lugar 2.000 años después. En ese momento, sería de más de 20.000 millones de personas, más bocas de las que el planeta podía alimentar, en opinión de Petty. “Y entonces, según la predicción de las Escrituras, habrá guerras, grandes matanzas, etcétera”, escribió.
Según Le Bras, cuando las predicciones religiosas del fin del mundo perdieron fuerza, el propio crecimiento de la población proporcionó un sucedáneo del Apocalipsis. “Cristalizaba el antiguo temor, y quizá la antigua esperanza, del fin de los tiempos”, escribe. En 1798 Thomas Malthus, pastor anglicano y economista inglés, formuló su ley general de la población, según la cual la población crece más deprisa que la producción de alimentos, hasta que la guerra, la enfermedad y el hambre reducen el número de bocas. En realidad, las últimas epidemias con una magnitud suficiente como para tener efectos sobre la población mundial ya habían pasado cuando Malthus escribió su obra. Los historiadores creen que la población mundial no ha disminuido desde la epidemia de peste del siglo XIV.
En los dos siglos transcurridos desde que Malthus declaró que la población no podía seguir creciendo, esto es exactamente lo que ha sucedido. El proceso comenzó en lo que hoy llamamos países desarrollados, entonces todavía en desarrollo. La difusión de cultivos del Nuevo Mundo como el maíz y la patata, así como el descubrimiento de los fertilizantes químicos, contribuyó a desterrar el hambre de Europa. Las ciudades en crecimiento se convirtieron en viveros de enfermedades, pero a partir de mediados del siglo XIX, las alcantarillas empezaron a canalizar las aguas fecales y a separarlas del agua potable, que después fue sometida a procesos de filtrado y cloración, lo que redujo de forma espectacular la incidencia del cólera y el tifus.
Además, en 1798, el mismo año en que Malthus publicó su pesimista ensayo, su compatriota Edward Jenner descubrió una vacuna contra la viruela, la primera y más importante de una serie de vacunas y antibióticos que, junto con una mejor nutrición y un mayor saneamiento, duplicaron la esperanza de vida en los países industrializados de 35 años a los 77 de la actualidad. Hacía falta alguien muy pesimista para considerar funesta esa tendencia: “El desarrollo de la ciencia médica fue la gota que colmó el vaso”, escribió en 1968 Paul Ehrlich, biólogo de poblaciones de la Universidad Stanford.
Con su libro La explosión demográfica, Ehrlich se convirtió en el más famoso de los malthusianos modernos. En los años setenta predijo que “cientos de millones de personas” iban a morir de hambre, y afirmó que era demasiado tarde para hacer algo al respecto. “El cáncer del crecimiento demográfico [...] debe erradicar se -escribió-, y ha de hacerse de manera obligatoria si los métodos voluntarios fracasan.” Pese a sus planteamientos, o quizá por ellos, el libro fue un éxito de ventas, como lo había sido el de Malthus. Y tampoco esta vez llegó la sangre al río.
La revolución verde (una combinación de semillas de alto rendimiento, técnicas de regadío, plaguicidas y fertilizantes que duplicó la producción de cereales) ya estaba en marcha. Actualmente hay mucha gente mal nutrida, pero la mortandad masiva por hambre es poco frecuente.
Ehrlich no se equivocó, sin embargo, cuando predijo un crecimiento explosivo de la población a raíz de las muchas vidas que salvaba la ciencia médica. Tras la segunda guerra mundial los países en desarrollo recibieron una repentina transfusión de medicina preventiva, con la ayuda de instituciones como la OMS y UNICEF La penicilina, la vacuna antivariólica y el DDT (que, a pesar de las posteriores controversias, evitó que millones de personas murieran de malaria) llegaron a la vez. En la India la esperanza de vida pasó de 38 años en 1952 a 64 en la actualidad;
en China, de 41 a 73 años. En los países en vías de desarrollo, millones de personas que habrían muerto en la infancia vivieron y tuvieron hijos.
La explosión demográfica se extendió a todo el planeta, porque se estaban salvando muchas vidas y porque, durante un tiempo, las mujeres siguieron teniendo muchos hijos. En la Europa del siglo XVIII, o a principios del siglo XX en Asia, cada mujer debía tener seis hijos para que se produjera el reemplazo de ella y su pareja en la siguiente generación, porque la mayoría de los niños no llegaba a la edad adulta. Cuando la mortalidad infantil decrece, las parejas acaban teniendo menos hijos, pero esa transición suele demorarse por lo menos una generación. Actualmente, en los países desarrollados, un promedio de 2,1 hijos por mujer sería suficiente para mantener estable la población; en los países en desarrollo, la “fecundidad de reemplazo” es un poco más alta. En el tiempo transcurrido hasta que la tasa de natalidad se equilibra con la tasa de mortalidad, se produce la explosión demográfica.
Los especialistas lo llaman transición demográfica. Todos los países pasan por esa fase en algún momento. Es un hito el progreso humano: los países que han completado esa transición han arrebatado a la naturaleza una parte del control sobre las muertes y los nacimientos. La explosión demográfica mundiales un efecto secundario inevitable, un efecto colosal que según algunos quizá nuestra civilización no pueda superar. Pero cuando Ehrlich dio la voz de alarma, la tasa de crecimiento había alcanzado su punto máximo. A comienzos de la década de 1970, las tasas de fecundidad habían empezado a disminuir en todo el mundo más deprisa de lo previsto. Desde entonces, el crecimiento de la población se ha reducido más de un 40 %.

EL DESCENSO DE LA FECUNDIDAD que ahora se observa en todo el planeta empezó en diferentes momentos en diferentes países. Francia fue uno de los primeros. A comienzos del siglo XVIII, las aristócratas de la corte francesa conocían los placeres carnales sin tener más de dos hijos.
Muchas confiaban en el mismo método que Leeuwenhoek utilizaba para sus estudios: la marcha atrás o coitus interruptus. Los registros de las parroquias rurales muestran que a finales del siglo XVIII la tendencia se había extendido a las campesinas, y ya en los últimos años del siglo XIX, la fecundidad en Francia había caído a tres hijos por mujer, sin la ayuda de los anticonceptivos modernos. La principal innovación fue conceptual, no anticonceptiva, según Gilíes Pisón, del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de París. Hasta la Ilustración, “el número de hijos lo decidía Dios. La gente no podía concebir que pudiera ser una decisión personal”.
Con el tiempo, otros países de Occidente siguieron el mismo camino emprendido por Francia. Cuando estalló la segunda guerra mundial, la fecundidad había caído hasta acercarse al nivel de reemplazo en parte de Europa y Estados Unidos. Después, tras la sorprendente explosión conocida como baby boom, llegó el descenso, que volvió a pillar desprevenidos a los demógrafos. Ésos suponían que algún instinto impulsaría a las mujeres a seguir teniendo suficientes hijos para asegurar la supervivencia de la especie. Sin embargo, en uno tras otro de los países desarrollados, la fecundidad disminuyó por debajo del nivel de reemplazo. A finales de los años noventa, en Europa se situó en 1,4.
El fin de un baby boom puede tener dos grandes efectos económicos en un país. El primero es el de los “dividendos demográficos”, traducidos en unas décadas de bonanza durante las cuales los hijos del baby boom pasan a engrosar la población activa y el número de personas dependientes, ya sean niños o ancianos, es relativamente bajo, por lo que sobra mucho dinero para otras cosas. El segundo efecto se manifiesta cuando los hijos del baby boom empiezan a jubilarse. Lo que parecía un orden demográfico perdurable se transforma en una fiesta que tiene que acabar. El encendido debate sobre la Seguridad Social en Estados Unidos y las huelgas del año pasado en Francia contra el aplazamiento de la edad de jubilación son reacciones a un problema presente en todo el mundo desarrollado: el de cómo mantener a una población cada vez más envejecida. “¿Habrá en 2050 suficiente gente trabajando para pagar las pensiones? - se pregunta Frans Willekens, director del Instituto Demográfico Interdisciplinario de los Países Bajos, en La Haya -. La respuesta es no.”
En los países industrializados hicieron falta generaciones para que la fecundidad cayera por debajo del nivel de reemplazo poblacional. Ahora que la misma transición se está produciendo en el resto del mundo, los demógrafos se sorprenden ante la rapidez del proceso. En China vive la quinta parte de la humanidad, y aunque su población sigue creciendo, su tasa de fecundidad ya está por debajo del nivel de reemplazo desde hace 20 años, en parte gracias a la política coercitiva del hijo único adoptada en 1979.
Las mujeres chinas, que en 1965 tenían un promedio de seis hijos, tienen ahora 1,5. En Irán, con el apoyo del régimen islámico, la fecundidad ha disminuido más de un 70 % desde principios de la década de 1980. En Brasil, católico y democrático, las mujeres han reducido la tasa de fecundidad a la mitad en el mismo cuarto de siglo.
“Todavía no entendemos por qué la fecundidad ha retrocedido tan deprisa en tantas sociedades, culturas y religiones. Es sencillamente asombroso”, dice Hania Zlotni k, directora de la División de Población de la ONU.
“En este momento, por mucho que se diga que todavía hay un problema de fecundidad elevada, eso sólo afecta a un 16 % de la población mundial, sobre todo en África”, añade Zlotnik. Al sur del Sahara, el índice continúa siendo de cinco hijos por mujer, y en Níger es de siete. A un así, 17 países de la región aún tienen esperanzas de vida de 50 años o menos, por lo que no han hecho más que empezar la transición demográfica. No obstante, en la mayor parte del mundo el tamaño de las familias se ha reducido de forma espectacular. La ONU tiene previsto que la fecundidad mundial se sitúe en el nivel dereemplazo poblacional para 2030. “La población en su conjunto está en vías de neutralizar la explosión demográfica, lo cual es bueno”, dice Zlotnik.
Lo malo es que todavía faltan dos décadas para 2030 y que para entonces la generación de adolescentes más numerosa de la historia estará llegando a la edad de concebir. Aunque todas esas jóvenes tengan sólo dos hijos cada una, la población seguirá aumentando por su propia inercia durante un cuarto de siglo más. ¿Estaremos al borde de la catástrofe, o seremos capaces de vivir con sensatez y sin destruir el medio ambiente? Una de las pocas cosas seguras es que más o menos la sexta parte de la población mundial vivirá en la India.

ENTENDÍA LO QUE ES la explosión demográfica, intelectualmente hablando, desde hacía tiempo, pero la entendí emocionalmente hace un par de años una noche de calor bochornoso en Delhi [...]. El termómetro marcaba más de 40 grados y el aire era una neblina de polvo y humo. Las calles bullían de gente. Gente que comía, lavaba, dormía.
Gente que iba de visita, discutía, gritaba. Gente que metía las manos por las ventanas del taxi pidiendo limosna. Gente que defecaba y orinaba. Gente que viajaba con el cuerpo colgando por fuera de los autobuses. Gente que conducía rebaños de animales. Gente, gente, gente. -Paul Ehrlich
En 1966, cuando Ehrlich hizo ese viaje en taxi, había alrededor de 500 millones de indios. Hoy son 1.200 millones. La población de Delhi ha crecido aún más deprisa, hasta unos 22 millones, por la llegada masiva de inmigrantes procedentes de ciudades y pueblos más pequeños que ahora se apiñan en barrios de chabolas cada vez más extensos. A principios del pasado mes de junio, el monzón de verano todavía no había llegado a la ciudad calurosa y fétida para lavarla del polvo que cubre las innumerables obras en construcción, un polvo que se suma al que arrastra el viento desde los desiertos de Rajastán. En las nuevas autovías que canalizan el tráfico humano hacia la ciudad sin planificar, carros de bueyes circulaban en dirección contraria por el carril rápido. Familias de cuatro miembros viajaban montadas en una motocicleta, con las pañoletas de las mujeres ondeando al viento y los niños pequeños en brazos. Algunas familias de doce miembros o más iban apiñadas en multicolores triciclos motor izados diseñados para dos pasajeros. En medio del atasco, hombres mutilados y niños demacrados pedían limosna a gritos. La Delhi actual es absolutamente diferente de la ciudad que visitó Ehrlich, pero en muchos aspectos continúa siendo la misma.
En el Hospital Lok Nayak, en el límite de la caótica maraña de callejas densamente pobladas que constituye la vieja Delhi, una marea humana irrumpe cada mañana por la puerta principal y abarrota el suelo del vestíbulo. “¿Quién podría ver esto y permanecer indiferente al problema de la población en la India? -pregunta una tarde Chandan Bortamuly, mientras se dirige hacia su clínica de vasectomías-. La población es nuestro mayor problema.” Tras retirar el candado de la puerta de la clínica, Bortamuly entra en un pequeño quirófano. Dentro hay dos hombres tumbados sobre sendas camillas.
Este cirujano está en el frente de una batalla que se libra en la India desde hace casi 60 años. En 1952, apenas cinco años después de independizarse de Gran Bretaña, la India se convirtió en el primer país que establecía una política de control de la natalidad. Desde entonces el Gobierno no ha dejado de formular ambiciosos objetivos, y en cada ocasión se ha quedado muy lejos de cumplirlos. Una política nacional adoptada en 2000 establecía como meta alcanzar la tasa de fecundidad de reemplazo, marcada en 2,1 hijos por mujer, antes de 2010. Pero tendrá que pasar otra década antes de que eso suceda. Según las proyecciones a medio plazo de la ONU, la población de la India superará la cifra de 1.600 millones de habitantes en 2050. “La India tendrá más población que China antes de 2030 -prevé A.R. Nanda, ex director de la Population Foundation de la India, una ONG constituida como grupo de presión-. Sólo una gran catástrofe, nuclear o de otro tipo, podría cambiar ese hecho.”
La esterilización es en la actualidad la forma dominante de control de la natalidad en la India, y la gran mayoría de las operaciones se practica en mujeres. El Gobierno está intentando que eso cambie, ya que una vasectomía sin bisturí es mucho menos costosa y más sencilla que una ligadura de trompas. En el quirófano, Bortamuly trabaja con rapidez. “Dicen que el pinchazo es como una picadura de hormiga - le explica a su paciente, cuando éste se sobresalta al ver la aguja de la anestesia-. Luego la operación es prácticamente indolora y nada sangrienta.” El cirujano practica una incisión en la piel del escroto y extrae un segmento del conducto seminal o deferente (la vía por la que circula el semen desde el testículo hasta la próstata). Después lo corta por dos puntos y anuda cada uno de los dos extremos con hilo negro fino. Una vez extraído el segmento, introduce de nuevo el conducto en el escroto. En menos de siete minutos, el paciente sale por su propio pie, sin llevar ni siquiera una tirita. El Gobierno le pagará un incentivo de 1.100 rupias (unos 18 euros), lo que gana un jornalero en una semana.
El Gobierno de la India ya intentó fomentar la práctica de la vasectomía en los años setenta, cuando aumentó la preocupación por la explosión demográfica. La primera ministra Indira Gandhi y su hijo Sanjay recurrieron al estado de excepción para imponer medidas que de terminaron un aumento espectacular de las esterilizaciones. Entre 1976 y 1977 se triplicó el número de operaciones y llegó a ser de más de ocho millones, de los cuales más de seis millones fueron vasectomías. Los funcionarios de planificación familiar recibieron presiones para cumplir ciertos objetivos; en algunos estados, la esterilización se convirtió en condición para recibir una vivienda u otros beneficios de la Administración. Se dieron casos en los que la policía simplemente hacía redadas de pobres y los llevaba a los “campamentos” de esterilización.
Los excesos dieron muy mala fama al concepto de planificación familiar. “Los gobiernos sucesivos evitaron tocar el asunto”, explica Shailaja Chandra, ex directora del Fondo Nacional para la Estabilización de la Población (NPSF). Aun así, la fecundidad ha disminuido en la India, aunque no tan rápidamente como en China, donde ya estaba cayendo en picado incluso antes de que entrara en vigor la draconiana política del hijo único. El promedio nacional en la India es ahora de 2,6 hijos por mujer, menos de la mitad que cuando Ehrlich visitó el país. La mitad sur de la India y algunos estados del norte ya están en el nivel de reemplazo o incluso por debajo.
En Kerala, en la costa sudoccidental, las inversiones en salud y educación han contribuido a reducir la fecundidad a 1,7. La clave, aseguran los demógrafos, es el índice de alfabetización de las mujeres, que se sitúa en torno al 90 % y es con diferencia el más alto de la India. Las niñas escolarizadas empiezan a tener hijos más tarde, están más dispuestas a adoptar medidas anticonceptivas y entienden mejor cuáles son sus opciones.

ESE ENFOQUE, tomado internacionalmente como modelo, no ha calado hasta ahora en los estados más pobres del norte de la India, en el llamado “cinturón hindi”, que se extiende a través del país al sur de Delhi. Casi la mitad del crecimiento demográfico de la India se concentra en Rajastán, Madhya Pradesh, Bihar y Uttar Pradesh, donde las tasas de fecundidad se mantienen en torno a los tres o cuatro hijos por mujer. Más de la mitad de las mujeres del cinturón hindi son analfabetas, y muchas se casan bastante antes de cumplir los 18 años, la edad mínima legal. Al tener hijos ganan estatus social, y normalmente no paran hasta tener al menos un varón.
Como alternativa al modelo de Kerala, algunos señalan el estado meridional de Andhra
Pradesh, donde en los años setenta empezaron a funcionar los “campamentos de esterilización” (quirófanos provisionales a menudo instalados en escuelas) y donde los índices de esterilización se han mantenido altos, ya que los campamentos han sido reemplazados por hospital es mejor equipados. En una sola década, desde principios de 1990, la tasa de fecundidad cayó de unos tres hijos a menos de dos. A diferencia de Kerala, la mitad de las mujeres de Andhra Pradesh siguen siendo analfabetas.
Amarjit Singh, director ejecutivo del NPSF, calcula que si los cuatro estados más grandes del cinturón hindi hubieran adoptado el modelo de Andhra Pradesh, se habrían evitado 40 millones de nacimientos, y mucho sufrimiento. “Nacieron 40 millones de niños, por lo que murieron 2,5 millones”, afirma. En su opinión, si toda la India adoptara programas de calidad para fomentar las esterilizaciones, en hospitales y no en campamentos, podría haber 1.400 millones de habitantes para 2050, en lugar de 1.600 millones.
Los críticos del modelo de Andhra Pradesh, como Nanda, de la Population Foundation, sostienen que la India necesita mejor atención sanitaria, especialmente en las zonas rurales. Son contrarios a las metas numéricas, que suponen una presión para los funcionarios que deben esterilizar a la población, y están en contra de los incentivos económicos, que distorsionan la decisión de las parejas respecto al tamaño de sus familias. “Es una decisión personal”, dice Nanda.
En las ciudades indias de hoy muchas parejas están tomando las mismas decisiones que las parejas europeas o estadounidenses. Sonalde Desai, miembro del Consejo Nacional de Investigación Económica Aplicada de Nueva Delhi, me presentó a cuatro mujeres trabajadoras de Delhi que gastaban la mayor parte de sus salarios en pagar la escuela privada y los profesores particulares de sus hijos. Tenían uno o dos hijos cada una y no pensaban tener más. En un estudio nacional de 41.554 hogares, el equipo de Desai observó un grupo pequeño pero creciente de familias urbanas con un solo hijo. “Nos impresionó mucho la importancia que daban los padres a la educación de sus hijos –comenta-. De pronto, comprendimos que ésa era la razón del descenso de la natalidad.” Por término medio, los niños indios tienen una formación muy superior a la de sus padres.
Esto no siempre es así en las zonas rural es. Fui con el equipo de Desai a Palanpur, una aldea de Uttar Pradesh, estado del cinturón hindi con la misma población que Brasil. En la entrada del pueblo había una torre de telefonía móvil, pero en las callejuelas flanqueadas de casas de ladrillo había riachuelos de aguas residuales sin tratar. Bajo un árbol de mangos, el dueño del huerto dijo que no veía razón para mandar a sus tres hijas a la escuela. En el centro del pueblo pregunté a una docena de agricultores qué creían que era lo que podría mejorar más sus vidas.
“Sería muy bueno tener un poco de dinero”, bromeó uno de ellos.
Según Almas Ali, de la Population Foundation, la reducción de la fecundidad o de la población no debería ser el objetivo en la India. “El objetivo debería ser que las aldeas sean habitables - me dijo cuando conversé con él unos días después-. Cada vez que hablamos de población en la India pensamos sólo en números que van en aumento, y los contemplamos con temor. Esa fobia ha calado tan hondo que toda la atención se centra en reducir las cifras. El interés por las personas ha pasado a un segundo plano.”
Tardamos cuatro horas en volver a Dehli por carretera desde Palanpur, un domingo al anochecer. El tráfico era muy intenso en todos los pueblos con mercado, que bullían de una actividad que a veces amenazaba con tragarse nuestro vehículo. Vi un hombre empujando un carro por una empinada colina, con la carga apilada hasta taparle la vista, y recordé la “revelación” que tuvo Ehrlich durante su viaje en taxi, varias décadas atrás. Gente, gente, gente, gente. Sí, pero también una abrumadora sensación de energía, esfuerzos y aspiraciones.

LA REUNIÓN ANUAL de la Population Association of America (PAA) es una de las citas más importantes de los demógrafos del mundo. El pasado abril, la explosión demográfica mundial no estaba en el orden del día. “No es un problema muy actual”, dice Hervé Le Bras. En general, los demógrafos creen que hacia la segunda mitad del presente siglo estaremos poniendo fin a una era singular de la historia (la explosión demográfica) para entrar en otra, durante la cual la población se mantendrá constante o incluso disminuirá.
¿Pero no seremos demasiados? En la reunión de la PAA en Dallas me enteré de que la población actual del planeta cabría en el estado de Texas, donde la densidad sería tan elevada como la de Nueva York. La comparación me hizo pensar en Leeuwenhoek. Si para el año 2045 hay 9.000 millones de habitantes distribuidos en los cinco continentes habitables, la densidad de población será poco más de la mitad que la de Francia en la actualidad. Francia no se considera un lugar infernal. ¿Será infernal el mundo?
Algunas partes del mismo pueden llegar a serlo; otras ya lo son ahora. En la actualidad hay 21 ciudades con una población de más de 10 millones de habitantes, y para 2050 habrá muchas más. Delhi recibe cientos de miles de inmigrantes todos los años, pero según Shailaja Chand ra, la ciudad no tiene “planes para el suministro de agua, el saneamiento o la vivienda”. Dacca, en Bangladesh, y Kinshasa, en la República Democrática del Congo, son 40 veces más grandes hoy que en 1950. Sus suburbios de chabolas están llenos de gente absolutamente pobre que ha huido de una pobreza mayor en las zonas rurales.
Bangladesh es uno de los países con mayor densidad demográfica del mundo y uno de los más directamente amenazados por el cambio climático, ya que el aumento del nivel del mar podría desplazar a decenas de millones de bangladesíes. Ruanda es un caso igualmente alarmante. En su libro Colapso, Jared Diamond sostiene que el genocidio de 800.000 ruandeses en 1994 fue resultado no sólo del odio étnico, sino también de varios factores, entre ellos la superpoblación: demasiados agricultores dividiéndose el mismo trozo de tierra en parcelas cada vez más pequeñas que llegaron a ser insuficientes para mantener a una familia. “A veces, la peores previsiones de Malthus pueden cumplirse”, fue la conclusión de Diamond.
A muchos les preocupa, y con razón, que los pronósticos de Malthus se cumplan a escala mundial, es decir, que el planeta no sea capaz de alimentar a 9.000 millones de habitantes. Lester Brown, actual director del Earth Policy Institute, en Washington, D.C., cree que la escasez de alimentos podría causar un colapso de la civilización mundial. En su opinión, estamos gastando el capital de la naturaleza: erosionamos el suelo y consumimos el agua subterránea más deprisa de lo que suelo y acuíferos pueden recuperarse. Todo eso se traducirá m uy pronto en una disminución de la producción de alimentos.
El “plan B” de Brown para salvar la civilización consistiría en imponer al mundo entero una economía de guerra, como la de Estados Unidos después de Pearl Harbor, para estabilizar el clima y reparar el daño ecológico. “Superar las deficiencias en planificación familiares quizás el punto más urgente en el orden del día mundial”, ha escrito, por lo que si no mantenemos la población mundial por debajo de los 8.000 millones mediante la reducción de la fecundidad, es posible que en su lugar aumente la tasa de mortalidad.
Ocho mil millones es la proyección más conservadora de la ONU para 2050. En ese escenario optimista, Bangladesh tiene una tasa de fecundidad de 1,35, pero así y todo su población ha aumentado en 25 millones con respecto a la actual. La tasa de fecundidad de Ruanda también es inferior al nivel de reemplazo, pero su población sigue creciendo hasta duplicar las cifras anteriores al genocidio. Podríamos pensar que si ésa es la proyección optimista, entonces el futuro no es muy halagüeño.
Pero también podemos sacar una conclusión diferente y pensar que la obsesión por los números no es la mejor manera de encarar el futuro.
La gente hacinada en barrios de chabolas necesita ayuda, pero el problema que requiere solución es la pobreza y la falta de infraestructuras, no la superpoblación. Proporcionar acceso a servicios de planificación familiar a todas las mujeres es una buena idea (“la estrategia que más puede cambiar la vida de las mujeres”, según Chandra). Pero ni el programa más enérgico de control de la natalidad salvará a Bangladesh de la subida del nivel del mar, ni a Ruanda de otro genocidio, ni al resto de nosotros de nuestros enormes problemas medioambientales.
El calentamiento planetario es un buen ejemplo. El país donde las emisiones de carbono por quema de combustibles fósiles aumentan con mayor rapidez es China, debido a su prolongado auge económico, pero allí la fecundidad ya está por debajo del nivel de re emplazo; no se puede hacer mucho más para controlar la natalidad. En el África subsahariana, donde la población aumenta con mayor velocidad, las emisiones por habitante son sólo una pequeña fracción de lo que son en Estados Unidos, por lo que el control de la población tendría pocos efectos sobre el clima. Brian O' Neill, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, ha calculado que si la población alcanzara 7.400 millones en 2050 en lugar de 8.900 millones, las emisiones se reducirían en un 15%. “Quienes afirman que todo el problema es la población se equivocan- apunta Joel Cohén-. Ni si quiera es el factor dominante.” Para frenar el calentamiento del planeta, tendremos que cambiar los combustibles fósiles por energías alternativas, independientemente del tamaño que alcance la población.

EL NÚMERO DE HABITANTES ES IMPORTANTE, por supuesto. Pero los hábitos de consumo lo son mucho más. Algunos dejamos una huella ambiental mucho mayor que otros. El principal desafío para el futuro de la humanidad es encontrar la forma de sacar a más gente de la pobreza (los chabolistas de Delhi, los agricultores de subsistencia de Ruanda...) mientras reducimos el impacto de cada uno de nosotros sobre el planeta.
Según previsiones del Banco Mundial, para 2030 más de mil millones de personas de los países en desarrollo integrarán la “clase media mundial”, en lugar de los 400 millones de 2005.
Es un buen dato, aunque será un grave problema para el planeta si esas personas comen carne y conducen coches de gasolina en la misma medida que los estadounidenses de hoy. Es tarde para evitar que nazca la nueva clase media de 2030, pero no lo es para cambiar la forma en que ellos y todos nosotros produciremos y consumiremos los alimentos y la energía. “Comer menos carne parece más razonable que decir a la gente que tenga menos hijos”, afirma Le Bras.
¿Cuánta gente puede mantener el planeta? Cohén pasó años revisando toda la investigación. “Escribí el libro pensando que encontraría la respuesta -dice-, pero me di cuenta de que es imposible en el actual estado del conocimiento.” Lo que encontró, en cambio, fue una variedad enorme de “cifras, destinadas a convencer a la gente” de una cosa o de su contrario.
Los pesimistas llevan siglos lanzando advertencias apocalípticas a los optimistas congénitos, quienes por naturaleza confían que la humanidad encontrará la manera de salir adelante e incluso de prosperar. Hasta ahora, la historia en su conjunto ha dado la razón a los optimistas, pero la historia no es una guía infalible para el futuro.
Tampoco lo es la ciencia, porque todos los datos (cuántos seremos y cómo viviremos) dependen de decisiones que aún no hemos tomado y de ideas que aún no hemos concebido. Podríamos, por ejemplo, “intentar que todos los niños estén bien nutridos para que aprendan en la escuela y reciban suficiente formación para solucionar los problemas que afrontarán de adultos”, dice Cohén. Eso cambiaría significativamente el futuro. Es tarde para evitar que nazca la nueva clase media de 2030, pero no lo es para cambiar la forma en que todos consumimos.
El debate estuvo presente desde la mismísima creación del alarmismo demográfico, en la persona de Thomas Malthus. Hacia el final del libro en el que formuló la implacable ley según la cual el crecimiento descontrolado de la población conduce al hambre, declaró que la ley era buena porque nos pone en movimiento y nos impulsa a conquistar el mundo. “El hombre -escribió, y seguramente se refería también a la mujer- es apático, perezoso y adverso al trabajo, a menos que lo fuerce la necesidad.” Pero la necesidad, añadía, abre las puertas a la esperanza:
“Los desvelos que el hombre encuentra necesarios para su sustento o el de su familia despiertan con frecuencia facultades que de otro modo habrían permanecido dormidas, y a menudo se ha observado que las situaciones nuevas suelen generar mentes adecuadas para superar las dificultades que tales situaciones implican.”
Pronto seremos 7.000 millones, y 9.000 millones en 2045. Esperemos que Malthus tuviera razón respecto al ingenio humano.